Estamos saturados de fotografías publicitarias de stock, sin contenido, o que no transmiten un mensaje claro, a menudo colocadas como un adorno que acompaña un texto. Quizá por ello, seamos cada vez más receptivos a la frescura de una ilustración. Unas veces transmite un mensaje directo e inmediato, otras invita al espectador a la reflexión. Me encantan las ilustraciones, raras de ver, que condensan con pocos elementos un concepto, en las que nada es casual, ni nada sobra.